Las caras de la depresión infantil
Podemos partir de este ejemplo para entender que las caras de la depresión infantil es más que estar triste. Sí, la depresión infantil existe y de hecho en México ha ido en aumento, pero también es real que no siempre es tan fácil que los padres, profesores o personas cercanas a los niños puedan identificarla, pues a sus “ojos” muchas veces parece tratarse de un niño “flojo”, “berrinchudo”, “torpe”, “tímido”, a quien más que proveerle de una escucha y comprensión, se le presiona o regaña aún más por su propio comportamiento.
Así que, para actuar más asertivamente, ayuda contar con información más precisa. Para ello, vamos a enumerar los principales síntomas: las caras de la depresión infantil
Síntomas de la depresión infantil:
a) Tristeza continua
Que antes de los 8 años puede no ser tan evidente y en su lugar, aparecer sentimientos de irritabilidad o enfado. Una manera de diferenciar cuándo es berrinche y cuándo depresión, es que el llanto frecuente o mal humor por berrinche se presenta ante las frustraciones, es decir, cuando el niño no consigue lo que quiere o se le priva de objetos o actividades que desea y en la depresión todo le parece mal o le incomoda, se pelea con los amigos y la familia.
b) Pérdida de interés en las cosas que solía disfrutar antes.
Abandona sus aficiones, no se interesa por nada nuevo y tiene una actitud apática.
c) Fatiga expresada como cansancio.
Evita cualquier esfuerzo y el aburrimiento se apodera de él.
d) Se aísla con frecuencia y por tanto se vuelve solitario.
Deja de integrarse con sus amigos, evita salir de casa, pasa más tiempo viendo la televisión o jugando videojuegos y convive con grupos sólo cuando no tiene más remedio.
e) Cambia sus hábitos de comida.
Come más de lo habitual, sobre todo chatarra o bien, se vuelve más inapetente.
f) Experimenta sentimientos de inutilidad y de culpa.
Siente que está por debajo de lo que se espera de él, tiene expresiones como “todo me sale mal”, “las cosas pasan por mi culpa”.
g) Se altera su sueño
Duerme más de la cuenta, se hacen recurrentes las pesadillas, no logra conciliar el sueño o se despierta durante la noche.
h) Parece falto de energía
Hace las cosas con mayor lentitud, como si tuviera torpeza motora y parece tener agotamiento sin haber hecho un esfuerzo que lo justifique.
i) Disminuye su capacidad para concentrarse y le cuesta mucho tomar decisiones.
Olvida los útiles escolares o el uniforme, rompe o se le caen las cosas con más facilidad, duda que lo que hace sea lo correcto.
j) Ideas de muerte.
Piensa que dejaría de ser un estorbo o un problema si se muriera o tiene un gran deseo por estar “en el cielo” con seres queridos que ha perdido. Es importante tomar en cuenta que para hablar de depresión estos síntomas deben estar presentes de manera continua durante más de dos semanas y generalmente en los niños y adolescentes se nota que tienen un impacto en el contexto escolar y social. Por ejemplo, bajan de calificaciones, se aíslan o dejan de convivir con sus amigos.
Pero, ¿cuáles son algunas de las principales causas de la depresión infantil?
- La pérdida de alguno de los padres por muerte o separación
- Depresión en la madre (debido a que hay una menor sensibilidad a las necesidades del niño y un mayor número de interacciones negativas con él)
- El uso de cualquier tipo de violencia en las prácticas de crianza de los padres
- Vivir acontecimientos estresantes
- El rechazo escolar o social, venido incluso a veces de la propia familia
- Tener una enfermedad grave
- Bajo rendimiento escolar
Hablar de las principales causas no quiere decir que si algún niño, niña o adolescente vive alguna o más de estas situaciones, invariablemente transitará o una depresión, pues depende también de sus capacidades para manejar las situaciones, sus estilos de afrontamiento e incluso qué tan resiliente es. Ahora bien…
¿Qué hacer?
Si noto que un niño, niña o adolescente con quien convivo presenta dos o más de estos síntomas. En psicología solemos decir que resolver los conflictos emocionales no es un asunto de recetas pues en principio, es necesario hacer un adecuado diagnóstico y a partir de ello ofrecer un tratamiento. Sin embargo, sí podemos ofrecerte algunas sugerencias tanto para prevenir la depresión infantil como para ayudar al estado de ánimo de los niños, niñas y adolescentes en caso de que cursen ya por un estado depresivo:
- Evita las críticas y los calificativos ante sus errores o su mal comportamiento (en frases como: “eres desesperante”, “mira como tu hermano sí puede”)
- Promueve su independencia (permite que se vista solo, inclúyelo en actividades de la casa, haga que resuelva por sí solo sus conflictos con sus hermanos o amigos)
- Ayúdale a pensar qué le pasa en lugar de reprenderlo por cada “berrinche” que haga
- Exprésale de formas claras el cariño que tienes hacia él o ella (abrazos, reconocimientos verbales, diviértete con él, muéstrate realmente interesado en sus cosas)
- Ofrécele seguridad y confianza (no es posible confiar en alguien que te lastima o responde con violencia cuando se ha enojado contigo)
Recuerda que las caras de la depresión infantil son muchas y es un padecimiento que se sufre profundamente y que no se “cura” con el tiempo ni se resuelve con el cariño que le tenemos a quienes nos rodean, es necesario acudir con un psicólogo especialista en niños que ayude tanto al niño como a los padres a entenderlo y encontrar juntos las mejores maneras de resolverlo y logren que la depresión sea un evento transitorio.
En Clínica Broa tenemos especialistas en el trato de la depresión infantil que están regidos por los más altos estándares éticos y confidencialidad. Confía en nosotr@s.
Escrito por: Mtra. en Psicología Infantil Sandra Delgado López
Psicoterapéuta infantil de Clínica Broa