La difusión de la mentalidad de crecimiento en internet ha dado lugar a un optimismo forzado que puede generar ansiedad y autoexigencia insostenible.
La mentalidad de crecimiento, popularizada por Carol Dweck, defiende la idea de que las habilidades y talentos pueden desarrollarse con esfuerzo, perseverancia y aprendizaje constante. Sin embargo, en el ecosistema digital, esta propuesta se ha transformado en una tiranía disfrazada de motivación. El problema no es la idea en sí, sino cómo se ha simplificado hasta el punto de generar frustración y ansiedad en quienes sienten que nunca es suficiente.
Aguas inciertas: ¿todo depende del esfuerzo?
En la red es común encontrar la premisa de que el esfuerzo es el único camino hacia el éxito. Esta visión, sin embargo, es como confiar ciegamente en la brújula de un barco sin contemplar las corrientes marinas: aunque puede señalar la dirección correcta, no considera los factores externos que afectan el progreso. Problemas estructurales como la desigualdad social, la discriminación o la salud mental no se solucionan con frases motivadoras ni con optimismo a ultranza.
Al reforzar la idea de que el fracaso es consecuencia de no esforzarse lo suficiente, esta narrativa crea una presión constante por mejorar, similar a un barco que navega con sus velas siempre desplegadas, sin espacio para el descanso o la introspección. Investigaciones recientes han demostrado que este tipo de exigencia perpetua puede llevar a burnout y afectar la salud mental, en lugar de promover el bienestar(SpringerLink).
Navegar en círculos: la falsa promesa del progreso continuo
Uno de los riesgos de este enfoque es que convierte el progreso personal en una meta inalcanzable, similar a un marinero atrapado en un vórtice oceánico que lo mantiene dando vueltas sin avanzar. La narrativa de mejora infinita ignora que no todos los momentos son adecuados para el crecimiento. A veces, detenerse es necesario para recalibrar la dirección y prepararse para desafíos futuros. Sin embargo, la interpretación superficial de la mentalidad de crecimiento puede hacer que las personas sientan culpa por no progresar, generando autoexigencia insostenible.
El psicólogo Oliver Burkeman ha señalado que esta obsesión por el crecimiento constante puede llevar a una vida incompleta, donde la satisfacción siempre parece estar un paso más allá del presente(Oxford Academic). En este sentido, la mentalidad de crecimiento mal entendida actúa como una isla espejismo en el horizonte: cada vez que parece alcanzarse, se desvanece, empujando a las personas hacia un ciclo interminable de búsqueda.
Anclas invisibles: la importancia de reconocer los límites
En la navegación, las anclas invisibles pueden frenar un barco, impidiendo su avance sin que el capitán se dé cuenta de lo que ocurre. De manera similar, la narrativa digital de la mentalidad de crecimiento ignora los factores emocionales y contextuales que actúan como anclas para las personas. No todos los obstáculos se superan con esfuerzo; a veces es necesario identificar los límites, aceptar las dificultades y buscar apoyo externo.
Un enfoque saludable del desarrollo personal no consiste en navegar siempre hacia adelante, sino en saber cuándo es necesario fondear y esperar que pase la tormenta. La psicología positiva sugiere que la autocompasión y el reconocimiento de los propios límites son elementos esenciales para mantener un equilibrio emocional a largo plazo.
Abandonar el optimismo forzado y buscar aguas más claras
La mentalidad de crecimiento, tal como se ha diseminado en internet, ha derivado en una tiranía del esfuerzo que ignora la complejidad de la experiencia humana. Si bien su enfoque original tiene un valor significativo, su versión simplificada crea expectativas irreales y fomenta la creencia de que la falta de progreso es siempre culpa del individuo. La clave no está en navegar sin descanso, sino en aprender a fluir con las mareas: reconocer cuándo avanzar, cuándo detenerse y cuándo aceptar las circunstancias externas.
El verdadero crecimiento personal no es lineal ni constante. Requiere tanto esfuerzo como sabiduría para descansar, tanto dirección como adaptación al entorno. Al abandonar el optimismo forzado y adoptar una perspectiva más equilibrada, podemos encontrar una forma más auténtica de avanzar en la vida, sin la necesidad de remar contra la corriente todo el tiempo.
Fuentes de información
- Matthias Ochs, Maria Borcsa, Jochen Schweitzer. Systemic Research in Individual, Couple, and Family Therapy and Counseling, 2020, https://link.springer.com/book/10.1007/978-3-030-36560-8
- Stephen Coulter. Systemic Family Therapy for Families who have Experienced Trauma: A Randomised Controlled Trial. The British Journal of Social Work, Volume 41, Issue 3, April 2011, Pages 502–519, https://doi.org/10.1093/bjsw/bcq132
