Inhibidores Selectivos de la Recaptura de Serotonina (SSRIs)
Texto e Infografía por Lolbé Castañeda
¿Con qué tratábamos la depresión antes de los SSRIs?
Antes del descubrimiento de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRIs), los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) y los antidepresivos tricíclicos (ATC) eran las únicas opciones de intervención farmacológica en los trastornos depresivos. Sin embargo, estos fármacos tenían perfiles de efectos secundarios desfavorables, lo que daba lugar a una mala adherencia del paciente, es decir, los pacientes no continuaban su tratamiento.
¿Para qué se utilizan los SSRIs?
Los SSRIs son la farmacoterapia de primera línea para la mayoría de los pacientes con depresión porque son eficaces y generalmente mejor tolerados en comparación con otros antidepresivos. Aunque inicialmente fueron aprobados para el tratamiento de la depresión, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) ha aprobado los SSRIs para una variedad de otras afecciones incluídas: ansiedad generalizada, ansiedad social, trastorno de pánico, trastorno del espectro autista, bulimia, síndrome premenstrual, bochornos causados por menopausia e incluso desórdenes gastrointestinales como el síndrome de colon irritable.
¿Cómo funcionan los SSRIs?
El mecanismo de acción principal de los SSRIs es inhibir la recaptación presináptica de serotonina en el transportador de serotonina (SERT), aumentando posteriormente la serotonina en la membrana postsináptica en la sinapsis serotoninérgica. En palabras simples, los SSRIs “desactivan” los transportadores que se encargan de “reabsorber” las moléculas de serotonina para “reciclarse” al interior de la neurona. De ésta manera, la serotonina se queda más tiempo en los espacios entre neuronas, actuando por un tiempo más prolongado.
Tipos de SSRIs
Los seis principales SSRIs que se comercializan actualmente son fluoxetina, citalopram, escitalopram, paroxetina, sertralina y fluvoxamina. Todos éstos son un grupo de moléculas que, si bien su mecanismo de acción principal es similar, cada una tiene una farmacocinética (cambios que sufre el fármaco en el cuerpo), farmacodinamia (cambios que sufre el cuerpo debido al fármaco), efectos secundarios y eficacia únicos. La selección del SSRI adecuado depende del paciente individual y de si los efectos secundarios son tolerables o incluso si funcionan a favor del paciente.
Efectos secundarios
Los SSRIs son generalmente mejor tolerados que otros antidepresivos, pero los efectos secundarios comunes pueden incluir náuseas, vómitos, insomnio, somnolencia, dolor de cabeza, disminución del deseo sexual y agitación.
Síntomas extrapiramidales
Las neuronas extrapiramidales son parte del sistema motor y se relacionan con la coordinación. Aunque poco común, se han observado síntomas extrapiramidales como distonía (contracciones musculares involuntarias), parkinsonismo (temblores), discinesia (movimientos involuntarios) y acatisia (inquietud o incapacidad para permanecer sentado) en pacientes tratados con SSRIs en numerosos estudios. La mayoría de estos casos ocurrieron posterior al inicio del tratamiento o al aumento de la dosis.
Síndrome serotoninérgico
El síndrome serotoninérgico es una consecuencia poco común, pero potencialmente fatal del exceso de serotonina. La mayoría de los casos ocurren cuando se combinan medicamentos serotoninérgicos, aunque también se relacionan a la sobredosis o cambio de medicamentos que aumentan la serotonina.
Prolongación del intervalo QT
El intervalo QT es la medida de tiempo que tarda el corazón en contraerse y llenarse de sangre entre latidos. Los SSRIs, especialmente el citalopram, pueden prolongar el intervalo QT, lo que puede desencadenar taquicardias letales, especialmente en pacientes mayores a 60 años. El riesgo de prolongación del intervalo QT parece depender de la dosis, y las personas con enfermedades cardíacas previas son más vulnerables.
Reacciones de la piel
Los SSRIs se han asociado con fotosensibilidad (quemadura de sol), hematomas espontáneos (moretones), prurito (comezón), alopecia (pérdida de cabello) y urticaria (ronchas).
Malformaciones congénitas
Dado que los SSRIs son capaces de atravesar la barrera placentaria, algunos estudios han asociado a los SSRIs con los defectos congénitos. Particularmente la paroxetina y fluoxetina parecen presentar un riesgo ligeramente mayor de defectos congénitos, en particular malformaciones cardíacas. Sin embargo, la interrupción del tratamiento con SSRIs puede presentar un riesgo aún mayor para el desarrollo fetal y la salud de la madre, y por lo tanto, las decisiones sobre el tratamiento en mujeres embarazadas deben ser individualizadas.
Hiponatremia (Bajo sodio en sangre)
Entre todos los antidepresivos, los SSRIs conllevan el mayor riesgo de hiponatremia, especialmente en las primeras semanas de tratamiento. La mayoría de los casos afectan a pacientes de edad avanzada, pero igualmente pueden ocurrir en aquellos pacientes con bajo peso corporal, sexo femenino, sodio sérico bajo y enfermedades graves.
Incremento en ideación suicida
Uno de los efectos secundarios más preocupantes del tratamiento con SSRIs, es la aparición o el empeoramiento de la ideación suicida. Los médicos han informado de manera variable que los antidepresivos pueden aumentar o disminuir la ideación y/o conductas suicidas en los pacientes, especialmente en jóvenes. En 2004, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) añadió una advertencia de nivel 5 a todos los antidepresivos por riesgo de suicidio para niños y adultos jóvenes de 18 a 24 años. Los adultos que no presentan determinados factores de riesgo no parecen tener este mayor riesgo de suicidio.
Referencias:
Edinoff AN, Akuly HA, Hanna TA, Ochoa CO, Patti SJ, Ghaffar YA, Kaye AD, Viswanath O, Urits I, Boyer AG, et al. Selective Serotonin Reuptake Inhibitors and Adverse Effects: A Narrative Review. Neurology International. 2021; 13(3):387-401. https://doi.org/10.3390/neurolint13030038