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Microbiota Intestinal y Salud Mental

Microbiota Intestinal y Salud Mental


Investigación, redacción y diseño por: Lolbé Castañeda Ferrer


microbiota y salud mental

¿Qué es la microbiota intestinal?

El cuerpo humano alberga miles de millones de microbios incluidos bacterias, virus y hongos pertenecientes a cientos de especies diferentes, de las cuales la gran mayoría reside en el intestino. A esta colección de microorganismos se le conoce como microbiota.

Una microbiota saludable se define por su resistencia (capacidad de resistir perturbaciones), su resiliencia (capacidad de regresar a su estado original), su riqueza (número de microbios) y su diversidad (cantidad de microbios diferentes).

Sin embargo, no todas las bacterias son buenas y algunos agentes bacterianos han sido clasificados como patógenos potenciales. Tener demasiadas de estas bacterias puede causar un desequilibrio en la microbiota y hacer al huésped más susceptible a enfermarse.

La microbiota del adulto es relativamente estable, pero se sabe que varios factores influyen en la composición microbiana en diferentes etapas de la vida. Éstos incluyen factores genéticos, modo de parto (vaginal o cesárea), edad gestacional, ejercicio, uso de medicamentos, entorno de vida y dieta.

Impacto de la Microbiota intestinal en el Cerebro y el Comportamiento

Diversos estudios plantean que la microbiota es clave en la regulación de los procesos y el comportamiento cerebrales a través de una comunicación bidireccional conocida como eje microbiota-intestino-cerebro.

La microbiota desempeña numerosas funciones esenciales en el desarrollo neurológico normal, así como en el desarrollo del eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal (HPA) para regular las respuestas al estrés. En un estudio reciente de imágenes del cerebro humano, se establecieron correlaciones entre la composición de la microbiota y los patrones de actividad cerebral en pacientes con deterioro cognitivo leve. Además, se han establecido correlaciones entre la abundancia de bacterias específicas y los síntomas de enfermedades, como el trastorno del espectro autista (TEA).

Evidencia adicional de la conexión microbiota-cerebro proviene de estudios animales y humanos que vinculan la administración de microbios beneficiosos (probióticos) con cambios conductuales y cognitivos en el huésped. Estudios en animales han demostrado que la administración de probióticos puede tener efectos ansiolíticos y antidepresivos y puede afectar aspectos de la función cognitiva. De manera similar, metanálisis y revisiones sistemáticas recientes encontraron evidencia prometedora del potencial de los probióticos para mejorar la ansiedad, la depresión y el estrés subjetivo en poblaciones humanas.

Uso de la Dieta para Manipular la Microbiota Intestinal y la salud mental

Numerosos datos de observación en países y culturas diferentes vinculan los patrones alimentarios saludables con un riesgo reducido de enfermedades mentales, en particular la depresión. Aunque la dieta mediterránea es la más estudiada con respecto a la salud mental, los patrones dietéticos tradicionales de otras partes del mundo (como las dietas noruega y japonesa) también muestran asociaciones protectoras y se correlacionan con un riesgo reducido de desarrollar depresión y Alzheimer, así como con una desaceleración general del deterioro cognitivo.

En contraste, los malos hábitos alimentarios, la ingesta de alimentos de baja calidad, procesados o ricos en grasas o azúcares y la desnutrición pueden estar relacionados con una peor salud mental, deterioro de la función cognitiva y mayor riesgo de desarrollar ansiedad, depresión u otras enfermedades mentales en todas las edades. La alimentación rica en grasas, azúcares o calorías produce efectos adversos sobre la cognición y el comportamiento, como disminuciones en la función de la memoria, menor flexibilidad cognitiva, comportamiento hiperactivo o conductas sociales alteradas.

Identificar de qué dieta podría beneficiarse un individuo es importante para el desarrollo de terapias dietéticas para determinadas enfermedades. Varios factores pueden determinar las respuestas microbianas y sistémicas de un individuo, incluidos la edad, el sexo, la genética, el ejercicio, la composición inicial de la microbiota y los patrones dietéticos habituales.


Bibliografía

Berding, K., Vlckova, K., Marx, W., Schellekens, H., Stanton, C., Clarke, G., Jacka, F., Dinan, T. G., & Cryan, J. F. (2021). Diet and the Microbiota-Gut-Brain Axis: Sowing the Seeds of Good Mental Health.

Advances in nutrition (Bethesda, Md.), 12(4), 1239–1285. https://doi.org/10.1093/advances/nmaa181

Contenido

Diversos estudios plantean que la microbiota es clave en la regulación de los procesos y el comportamiento cerebrales a través de una comunicación bidireccional conocida como eje microbiota-intestino-cerebro.

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