La comunicación no violenta como brújula relacional

Las palabras también pueden herir, sobre todo cuando se usan para controlar, culpar o exigir. La comunicación no violenta propone otra forma de relacionarnos: más consciente, más empática, más humana.

La vida cotidiana está llena de diálogos que naufragan. Frases mal interpretadas, silencios que hieren, palabras lanzadas como dardos en medio de tempestades emocionales. A veces, sin quererlo, usamos el lenguaje como un arpón: para defendernos, dominar, exigir o humillar. En esos momentos, lo que debería ser un puente se convierte en una muralla.

La comunicación no violenta (CNV), desarrollada por Marshall Rosenberg, ofrece una ruta alternativa: no para evitar el conflicto, sino para atravesarlo con compasión, claridad y conexión genuina. Como una brújula en aguas agitadas, la CNV no impone un rumbo, pero orienta el diálogo hacia un puerto común: el reconocimiento del otro y de uno mismo como sujetos dignos de ser escuchados.

Las palabras también navegan

La palabra no es neutral. Porta historia, deseo, culpa, proyección. Lo que decimos, aunque suene racional, muchas veces viene cargado de fantasmas inconscientes. Y si el lenguaje representa ese mar que habitamos, no sorprende que a veces naveguemos sin conciencia de las corrientes que nos arrastran.

La CNV propone poner ancla antes de hablar. Detenernos a identificar lo que sentimos, lo que necesitamos y lo que esperamos del otro, antes de lanzar juicios o exigencias. Es un proceso que implica desautomatizar el habla y reconectar con la experiencia emocional.

Rosenberg estructuró la CNV en cuatro componentes, que pueden pensarse como cartas náuticas para una conversación consciente:

  1. Observación sin juicio:
    En vez de decir “eres irresponsable”, decir “llegaste una hora después de lo acordado”. Se trata de describir el hecho sin cargarlo de interpretación.
  2. Sentimientos:
    Nombrar lo que sentimos sin culpar al otro. “Me sentí frustrado” en lugar de “me hiciste enojar”. Aquí se reconoce la propiedad emocional, un paso clave también en el análisis.
  3. Necesidades:
    Todo sentimiento expresa una necesidad satisfecha o no. “Necesito confianza” tiene más potencia transformadora que “deberías ser puntual”.
  4. Petición clara:
    Formular una petición específica, sin exigencias: “¿Estarías dispuesto a avisarme si sabes que vas a llegar tarde?”. La pregunta abre un espacio de corresponsabilidad, no de subordinación.

Cada paso es una forma de salir del oleaje de la reacción impulsiva para avanzar hacia un encuentro posible.

¿Por qué es tan difícil comunicarse sin violencia?

Desde el enfoque psicoanalítico, la dificultad no radica en desconocer la técnica, sino en las defensas que activamos cuando nos sentimos vulnerables. En lugar de decir “tengo miedo de que no me necesites”, decimos “nunca estás”. La crítica, el sarcasmo y la indiferencia muchas veces son defensas contra el dolor, mecanismos que aprendimos en la infancia para no hundirnos.

Por eso, practicar la CNV no es solo un cambio de estilo comunicativo: es una forma de trabajar con las capas profundas del yo, reconocer las heridas que arrastramos y atrevernos a mostrar lo que realmente necesitamos. Es dejar de navegar con armamento para poder extender velas.

En el fondo, la CNV busca reintroducir el deseo en el lenguaje. No el deseo de dominar o ser aprobado, sino el deseo genuino de conexión. Cuando alguien dice “me duele cuando no me hablas”, no está pidiendo obediencia, sino cercanía. Esa sinceridad emocional puede abrir canales nuevos, incluso si el otro no responde como esperamos.

Como en la navegación, no siempre podemos controlar el clima, pero sí podemos aprender a leerlo, interpretarlo y ajustar las velas en lugar de forzar el rumbo. La CNV nos enseña que no se trata de ganar la discusión, sino de sostener el vínculo mientras atravesamos la tormenta.

Hablar sin naufragar

Practicar la comunicación no violenta es aprender a hablar como quien navega con respeto por las aguas que atraviesa. Implica reconocer que el otro no es una extensión de nuestras carencias ni un enemigo a vencer, sino otro navegante, con su propia historia, miedos y deseos.

En Clínica Broa, trabajamos con pacientes que desean cambiar su forma de vincularse con el lenguaje, con los otros y consigo mismos. Porque cuando logramos hablar desde lo que sentimos en lugar de lo que creemos que el otro debería ser, dejamos de repetir naufragios y empezamos a construir encuentros.

Fuentes de información

Rosenberg, Marshall B. 2003. Nonviolent Communication: A Language of Life. 2nd ed. Encinitas, CA: PuddleDancer Press.

Bar-Yosef, Rivka. 2006. “Nonviolent Communication and Psychotherapy.” Journal of Humanistic Psychology 46(1): 9–23. https://doi.org/10.1177/0022167805283789.

Winnicott, D. W. 1965. The Maturational Processes and the Facilitating Environment: Studies in the Theory of Emotional Development. London: Hogarth Press and the Institute of Psycho-Analysis.

Klein, Melanie. 1946. “Notes on Some Schizoid Mechanisms.” International Journal of Psycho-Analysis 27: 99–110.

Deja una respuesta

¡Compártelo en tus redes!

Facebook
WhatsApp
Email

Quizá te puedan intersar éstas investigaciones:

Suscríbete para recibir las últimas actualizaciones

Subscription Form

Con el propósito de resolver todas tus dudas y darte la atención que mereces, te proporcionamos los siguientes canales de comunicación:

Llámanos al +52 55 7558 5944

Enviar un mensaje por WhatsApp

    Eugenia 13 Oficina 503 quinto piso, Nápoles, 03810 Ciudad de México, CDMX

    Obtener dirección

    Cargando ...

    Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia. Al continuar, aceptas nuestra Política de Privacidad y el uso de cookies.

    ;