El vacío existencial, similar a un océano inmenso y desconocido, genera tormentas emocionales que hunden a quienes no encuentran un propósito.
La depresión y la ansiedad no son solo condiciones psicológicas, sino también manifestaciones de una lucha humana por encontrar un sentido en la vida. Desde una perspectiva existencial, estos trastornos pueden ser entendidos como respuestas a la nada, al vacío y a la falta de propósito. En este enfoque, figuras como Jean-Paul Sartre, Martin Heidegger y Viktor Frankl nos invitan a reflexionar sobre la relación entre nuestra libertad, el vacío y el sentido.
El vacío existencial: el océano profundo de la mente
El vacío existencial puede compararse con el vasto océano. En la superficie, la vida parece tranquila y estable, pero debajo, las profundidades pueden esconder una oscuridad insondable. Este abismo interno refleja la sensación que muchas personas experimentan cuando no encuentran un propósito en la vida: la existencia puede parecer vasta y sin dirección, un lugar donde la depresión y la ansiedad nadan como criaturas desconocidas bajo la superficie.
Al igual que un marinero que pierde el rumbo en alta mar, sin una estrella que guíe su navegación, las personas pueden sentir que flotan sin rumbo en un mar de falta de sentido. Sartre describía esta sensación de estar “condenados a ser libres”, es decir, obligados a crear nuestro propio significado sin ningún referente absoluto. Este tipo de libertad, aunque esencialmente humana, puede ser tan abrumadora como estar a la deriva en el océano sin un puerto al cual dirigirse.
Depresión y ansiedad: las tormentas del alma
Desde una perspectiva existencial, la depresión y la ansiedad son como tormentas que azotan el mar de nuestra mente. La depresión aparece cuando sentimos que no hay faros que iluminen nuestro viaje: no hay propósito ni sentido hacia donde navegar. Todo parece gris y sin horizonte. Esta falta de dirección y la sensación de que la vida no tiene un valor intrínseco pueden desencadenar una profunda desesperanza, hundiendo a las personas en un estado de parálisis emocional, como un barco inmóvil en medio de un mar en calma.
Por otro lado, la ansiedad se asemeja a las olas violentas que, de forma impredecible, golpean la embarcación. Representa la incertidumbre de no saber qué dirección tomar o qué decisión es la correcta. Para Sartre, esta angustia era la consecuencia inevitable de nuestra libertad: tenemos la responsabilidad de dar sentido a nuestra vida, pero carecemos de un mapa que nos diga exactamente cómo hacerlo.
El sentido de la vida: encontrar el faro
A pesar de las tormentas, los existencialistas también nos ofrecen un salvavidas: la búsqueda de sentido. Viktor Frankl, uno de los principales exponentes de la psicología existencial, nos enseña que incluso en las circunstancias más extremas, el ser humano tiene la capacidad de encontrar significado. Frankl, quien sobrevivió al Holocausto, observó que aquellos que lograban identificar un propósito, ya fuera pequeño o trascendental, eran los que mejor podían superar el sufrimiento. En sus palabras, “la vida nunca deja de tener sentido, incluso en el sufrimiento”.
Al igual que un navegante perdido que finalmente vislumbra un faro en la distancia, encontrar un propósito puede devolver el rumbo a nuestras vidas. Frankl sugiere que, incluso cuando nos enfrentamos a la muerte o al dolor, podemos encontrar un sentido personal que nos permita resistir. El sentido puede encontrarse en el amor, el trabajo, o en actos pequeños de contribución a los demás. Así como el océano inmenso no está completamente vacío, nuestras vidas, a pesar de su vastedad, siempre pueden llenarse con significado si nos decidimos a buscarlo.
Navegar en medio de la tormenta
La depresión y la ansiedad son como grandes tormentas que nos enfrentan a la incertidumbre y el vacío de la vida. Pero también nos brindan la oportunidad de navegar hacia un nuevo sentido, de construir nuestro propio propósito en el inmenso océano de la existencia. Al igual que un marinero que enfrenta olas gigantes, cada uno de nosotros tiene la posibilidad de encontrar un faro que nos guíe, una luz que nos ayude a mantener el rumbo.
La verdadera travesía de la vida, como la navegación en mar abierto, implica aceptar la incertidumbre y la oscuridad de las aguas profundas, pero también tener el coraje de buscar el significado que nos permita seguir adelante.
Fuentes de información:
Weems, C.F., Berman, S.L. (2011). Existential Anxiety. In: Levesque, R.J.R. (eds) Encyclopedia of Adolescence. Springer, New York, NY. https://doi.org/10.1007/978-1-4419-1695-2_94
Peltomäki, I.J. Meaningfulness, Death, and Suffering: Philosophy of Meaning in Life in the Light of Finitude. Hu Arenas (2023). https://doi.org/10.1007/s42087-023-00376-0