O nos cuidamos todos o nos morimos todos (reflexión sobre COVID-19)
Estamos entrando en una nueva década en 2020. En este mundo, están ocurriendo muchos cambios a una velocidad exponencial. Como va el proceso natural, lo bueno viene con lo malo. Vemos hazañas loables en ciencia y tecnología, al mismo tiempo desastres climáticos más frecuentes e impredecibles y ahora Covid-19, en todo el mundo, que causan mucho sufrimiento. Los trastornos políticos y económicos están apareciendo en más lugares. Muchas cosas están cambiando, cambiando, cambiando, sin parar. En el futuro, tal vez aparezcan problemas más grandes. Pero una mala situación es una buena situación; Una buena situación es una mala situación. Por lo tanto, nuestra creciente mala situación puede ayudarnos a encontrar quién eres. Conocerte a ti mismo. Ahora es el momento perfecto para profundizar en nuestro corazón y mente, y despertar. Despierta a tu verdadera naturaleza, al potencial infinito que tienes dentro para ayudar a otros.
Época de crisis, época de silencio, época de reflexión.
Todos y todas estamos en una situación frustrante que no vimos llegar hasta que llegó. Estábamos con los ojos abiertos, tocando todo, trabajando y mirando a un futuro por los objetivos que cada quien se puso.
Llegó en el pero momento para todxs.
Pero una mala situación, puede ser una buena situación.
Buena situación, mala situación.
Puede ser una mala situación en muchos sentidos.
Es una mala situación respecto a lo económico. La economía va a tener una caída como hace mucho no se veía. Todos estamos perdiendo dinero y nos angustia la situación presente y futura. ¿Qué pasa si esto se extiende por meses? ¿Qué vamos a hacer?
Evidentemente es lamentable la situación para quien vive al día, desesperados por sobrevivir. En la trinchera de riesgo.
Algunos aprovechan su creatividad para sacar provecho de la situación y están en todo su derecho. Desde vender kits de entretenimiento para niños en la casa hasta cursos en línea,
Es una mala situación en cuanto al encierro. Uno se siente como castigado en su casa viendo por la ventana como pasan coches y pensando: ¿Por qué ellos si pueden salir y yo no? Como cuando alguna vez nos castigaron de chicos y a nuestro hermano/a no. ¡Qué coraje!¡Qué frustración! Pienso: seguro algunos lo niegan por miedo y siguen sus actividades normalmente, otros necesitan salir por comida o salud, 60 millones viven al día, y los otros?
Si todos estuviéramos aislados, esto se acabaría completamente en 14 días. ¿Qué están haciendo entonces?
Es una mala situación en el la vivienda porque al convivir tanto tiempo surgen conflictos que de otra manera se hubieran quedado incubados, como el virus. Peleas por el espacio, desacuerdos por la manera en que enfrentamos la situación de salud, unos se arriesgan más que otros y así mismo ponemos en riesgo a nuestras familias. Discutimos por salir o no salir.
Es una mala situación por la angustia de la incertidumbre. ¿Qué va a pasar? ¿Es el fin del mundo? No saber qué nos depara el futuro es un catalizador de la ansiedad natural. Y quien le da vuelo llega a pasarla verdaderamente mal.
El fin de este mundo significa el comienzo del mundo. Debemos entender eso. Cuando las frutas crecen, primero tienen un color muy bueno, pero todavía no están maduras. Cuando madura, desaparece un poco de color. Entonces es muy dulce, muy dulce. Tiene buen sabor. Pero con más tiempo, entonces se pudre. Cuando está podrida, aparece la semilla correcta. Cuando todo está completamente podrido, la semilla cae al suelo y nuevamente se convierte en fruto. Cuando tu situación, tu cuerpo y todo está podrido, pero dentro de ti, tu centro es fuerte, entonces aparece tu semilla correcta. Si encuentras tu semilla, no morirás. Tu semilla no tiene vida, ni muerte. Así que debemos encontrar nuestra verdadera semilla, entonces solo ayudar a este mundo
Pero toda mala situación es, aunque no lo queramos o veamos, una buena situación.
Es una buena situación para descansar. Tenemos por fin el tiempo y espacio necesarios para salir de ese agotamiento crónico que vivíamos, sobretodo en las grandes ciudades. Dormir en la noche, y dormir siesta. Darle a nuestro cuerpo lo que tanto había pedido durante tanto tiempo. Y ahora es obligatorio.
Es una buena situación porque estamos todxs empujados a usar nuestra imaginación y creatividad para salir adelante, tanto física como económicamente. Vienen nuevas ideas, nuevos planes, nuevos proyectos que solo en el encierro y cuarentena vienen como acto de adaptación de el ser humano que siempre se ha adaptado a la situación que le pongan. Por eso sobrevivió el homo-sapiens. Sobrevivimos, sobre todo, porque somos capaces de hacer equipo ante situaciones amenazantes, sobrevivimos porque nos adaptamos, sobrevivimos porque nos ayudamos y hacemos equipo en catástrofes y complicaciones.
Entonces tenemos que sacar lo más humano que tenemos y pensar que como especie, o nos cuidamos todxs , o nos morimos todxs.