La repetición compulsiva, un concepto desarrollado por Melanie Klein, explica por qué caemos constantemente en los mismos patrones destructivos. Al igual que un barco atrapado en corrientes ocultas, las experiencias tempranas con los cuidadores crean objetos internos que influyen en nuestras relaciones y decisiones futuras.
La repetición compulsiva se puede visualizar como una embarcación atrapada en un remolino oceánico, girando una y otra vez en un ciclo del que parece imposible escapar. Este concepto, desarrollado inicialmente por Sigmund Freud y profundizado por Melanie Klein, describe cómo las personas tienden a recrear experiencias dolorosas o destructivas sin darse cuenta de por qué. Las relaciones tempranas son como las corrientes submarinas: invisibles en la superficie, pero con una fuerza que guía a los individuos a través de los mismos patrones destructivos, sin ser conscientes de ello.
Las mareas emocionales: los objetos internos y la repetición
Para Klein, la psique humana se estructura en torno a la relación con los objetos internos, particularmente los que representan las experiencias tempranas con la madre o el cuidador. Estas experiencias dejan huellas profundas, creando “objetos buenos” y “objetos malos”, que son como ecosistemas ocultos en las profundidades del océano, controlando el flujo de nuestras emociones y decisiones. Las experiencias positivas crean un “objeto bueno”, pero los momentos de frustración o dolor temprano generan un “objeto malo”, una sombra que sigue a la persona y afecta cómo vive sus relaciones.
Este conflicto interno entre los objetos buenos y malos lleva a la repetición compulsiva, similar a cómo una corriente marina fuerte puede llevar a una embarcación por el mismo camino una y otra vez. Las personas, al no ser conscientes de estas fuerzas ocultas, recrean situaciones destructivas como un intento inconsciente de resolver los conflictos no procesados.
El ciclo destructivo: la envidia y las corrientes internas
Un aspecto central del pensamiento de Klein es la envidia primaria, una marea que arrastra hacia las profundidades de la mente, alterando el equilibrio emocional. Esta envidia, que se dirige hacia el “objeto bueno” (la madre en sus primeras representaciones), genera impulsos destructivos que pueden sabotear las relaciones más valiosas en la adultez. La compulsión a repetir los patrones destructivos puede verse como un intento de destruir ese “objeto bueno” que provoca envidia, repitiendo relaciones que replican la hostilidad y la frustración.
Este ciclo es un remolino oceánico que atrapa al individuo, incapaz de romper con los patrones de ataque y defensa. La persona es arrastrada hacia dinámicas que terminan por destruir lo que más desea, sin comprender el papel que juega esta marea emocional en sus decisiones.
Reparación y repetición: buscando una salida del ciclo
Sin embargo, no todo está perdido en este viaje. Klein también habló de la reparación como un intento del psiquismo de restaurar el “objeto bueno”. Aunque la repetición compulsiva puede parecer una recreación constante de patrones destructivos, en realidad es un intento inconsciente de sanar. Al igual que el océano puede limpiar y regenerar sus propios ecosistemas tras una tormenta, la mente humana busca constantemente equilibrar los daños internos a través de la repetición, aunque esta no siempre sea exitosa.
La posición depresiva descrita por Klein es el momento en que el individuo comienza a integrar las partes buenas y malas del objeto, aceptando la complejidad de sus relaciones internas. Este proceso es como aprender a navegar en medio de corrientes impredecibles, donde el capitán ya no lucha ciegamente contra las olas, sino que entiende cómo moverse con ellas. La reparación implica reconocer la ambivalencia emocional y aprender a vivir con la culpa, lo que permite una mayor autoconciencia y, con ello, una salida del ciclo de repetición.
Conclusión: romper las corrientes ocultas
Romper con la repetición compulsiva no es sencillo. Como una embarcación que navega en círculos en una corriente, las personas deben tomar conciencia de las dinámicas profundas que los llevan a repetir patrones destructivos. La terapia psicoanalítica, bajo la óptica de Melanie Klein, busca explorar esas aguas profundas del inconsciente, ayudando a los individuos a reparar sus objetos internos y liberar la energía destructiva que los mantiene atrapados en sus propios remolinos emocionales.
Al aceptar tanto lo bueno como lo malo en las relaciones y en uno mismo, el individuo puede finalmente salir a aguas más claras, dejando atrás los ciclos de repetición y aprendiendo a navegar sus emociones con mayor control y paz.
Fuentes de información
Van de Vijver G, Bazan A y Detandt S (2017) The Mark,the Thing, and the Object: On WhatCommands Repetition in Freudand Lacan. Front. Psychol. 8:2244. https://www.frontiersin.org/journals/psychology/articles/10.3389/fpsyg.2017.02244/full
Howard Levine. The compulsion to repeat: An introduction (2020).International Journal of Psychoanalysis ,101(6):1162-1171 https://pep-web.org/search/document/IJP.101.1162A