Intervenciones de Atención Plena
Investigación y redacción por: Lolbé Castañeda Ferrer
Existen diversas definiciones para mindfulness o atención plena. Una definición funcional la describe
como el proceso de prestar atención abiertamente, con conciencia, a la experiencia del momento
presente.
Este proceso de conciencia del momento presente es diferente a nuestra experiencia cotidiana, en la
que a menudo nos encontramos dejando que nuestra mente divague, funcionando en modo “piloto
automático” o suprimiendo experiencias desagradables. Un estudio demostró que nuestra mente
divaga aproximadamente el 47% del tiempo y que la mente divagante antecede futura infelicidad.
Por el contrario, la capacidad de ser consciente se asocia con un mayor bienestar en la vida diaria.
¿Cómo funciona la atención plena?
La experiencia del momento presente a la que uno presta atención puede adoptar muchas formas,
incluidas las sensaciones corporales, las reacciones emocionales, las imágenes mentales, el diálogo
interno mental y las experiencias perceptivas (por ejemplo, sonidos).
Adicionalmente, muchas conceptualizaciones contemporáneas de mindfulness postulan que adoptar
una actitud de apertura o aceptación hacia la propia experiencia es fundamental. Esta actitud abierta
y de aceptación consiste en atender a la experiencia con una orientación curiosa, desapegada y no
reactiva. Es importante destacar que esta actitud de aceptación hacia la experiencia no es una
resignación pasiva a las circunstancias actuales, sino más bien una invitación a vivir experiencias,
incluso si son difíciles.
Los ejercicios formales de mindfulness requieren que uno haga esfuerzos deliberados para dirigir y
mantener la atención en la experiencia momento a momento. El esfuerzo realizado durante los
ejercicios de entrenamiento puede fomentar la percepción, el aprendizaje y las habilidades de
autorregulación.
¿Dónde se origina el mindfulness o atención plena?
Aunque los investigadores han estado interesados en la atención plena durante las últimas tres
décadas, esta es una pequeña fracción de trabajo académico en comparación con la tradición de
2500 años de estudio y práctica de la atención plena en muchas tradiciones budistas.
Por lo tanto, el conocimiento budista ha informado gran parte de la investigación sobre la atención
plena. Sin embargo, la práctica de la atención plena no es exclusiva del budismo. La mayoría de las
intervenciones de mindfulness que ahora se prueban en la literatura científica son de naturaleza
secular (no religiosa). De igual manera, el ser consciente no es sinónimo de ser budista, todos
tenemos la capacidad de prestar atención abiertamente a nuestra experiencia momento a momento,
y esta capacidad es algo que puede desarrollarse y profundizarse mediante la práctica.
¿Cómo puede la atención plena ayudar a los trastornos clínicos?
En 2018, Goldberg et. al realizaron un metanálisis integral (análisis de múltiples estudios) para
examinar los efectos de las intervenciones basadas en mindfulness sobre síntomas específicos de
varios trastornos clínicos. El estudio demostró que los tratamientos de atención plena tienen una
potencia similar, y en algunos casos superior, a las intervenciones psicológicas (y psiquiátricas) de
primera línea, con relativamente poca variación entre los trastornos.
El grupo encontró que las intervenciones basadas en mindfulness se asocian, en promedio, con
caídas moderadas en los síntomas psiquiátricos.
En general, las terapias de mindfulness fueron superiores a no recibir ningún tratamiento, recibir
tratamiento mínimo, recibir placebos y recibir otros tipos de tratamientos alternativos. En particular,
las intervenciones basadas en mindfulness no fueron, en promedio, diferentes de las terapias de
primera línea basadas en evidencia (EBT), como la terapia cognitivo-conductual (CBT) y los
medicamentos antidepresivos.
En cuanto a trastornos específicos, se descubrió que para el tratamiento de la depresión, la atención
plena era superior a no recibir tratamiento, a recibir terapias alternativas y equivalente a las EBT. Para
el manejo del dolor y del peso/alimentación, la atención plena funcionó a la par con otras terapias
activas y superior a no recibir tratamiento. Para la esquizofrenia, la atención plena superó no recibir
tratamiento. Para la ansiedad, la atención plena superó no recibir tratamiento y fue equivalente a
otras terapias activas, incluidas las EBT. Notablemente, la atención plena superó a las EBT para
aquellos pacientes que deseaban dejar de fumar. En el caso del manejo de adicciones, la atención
plena fue equivalente a no recibir tratamiento y superior a otras terapias activas.
Conclusión
En resumen, al momento de tratar trastornos específicos, las terapias de mindfulness superaron a no
recibir ningún tratamiento para la depresión, el manejo del dolor y la esquizofrenia y fueron
equivalentes o superiores a otros tratamientos activos para las adicciones, la depresión, el manejo
del dolor y del peso/alimentación. En comparación con las EBT para la depresión, la atención plena
fue equivalente.
Bibliografía Consultada
Goldberg, S. B., Tucker, R. P., Greene, P. A., Davidson, R. J., Wampold, B.
E., Kearney, D. J., & Simpson, T. L. (2018). Mindfulness-based interventions
for psychiatric disorders: A systematic review and meta-analysis. Clinical
Psychology Review, 59, 52–60. doi:10.1016/j.cpr.2017.10.011